Capítulo 9: La escasez
Cansados y débiles, los animales se dedican una vez más a reconstruir el molino. Aunque Boxer continúa malherido, no muestra señal de dolor y se rehúsa a descansar. Clover le pone un cataplasma en la pezuña herida, y esto lo mejora un poco, pero el pelaje de Boxer ya no brilla como antes y su fortaleza parece un poco disminuida. El único objetivo de Boxer es ver el molino funcionando antes de retirarse. Aunque ningún animal se había retirado aún en la Granja de Animales, previamente se había establecido que los caballos se podrían retirar a los doce años. Boxer tiene casi esta edad y está ansioso de llevar una vida más tranquila como recompensa por su ardua labor.
El alimento se vuelve cada vez más escaso y los animales, salvo los cerdos y los perros, reciben porciones cada vez más reducidas. Soplón continúa con sus estadísticas con el fin de comprobar que, aún tras los “reajustes”, las raciones siguen siendo más sustanciosas que en tiempos del Sr. Jones. Después de todo, continua Soplón, cuando los cerdos y los perros se alimentan bien, toda la comunidad se beneficia. Cuando cuatro cerdas dieron a luz los cerditos de Napoleón, treinta y uno en total, el líder dictaminó que, a pesar de la escasez de fondos, se debía construir una escuela. Por otra parte, Napoleón ordenó la creación de unos eventos llamados “demostraciones espontáneas” en las que los animales debían marchar alrededor de la granja, escuchar discursos y exaltar la Granja de Animales. Cuando algunos animales se quejaron de esto, la cabra, a la que le encantaban las demostraciones espontáneas, comenzó a cantar: “Cuatro patas, bien; dos patas, mal”.
En abril, el gobierno le dio estatus de república a la Granja de Animales, y Napoleón, el único candidato, se volvió su presidente por votación unánime. El mismo día, el líder revela que ha descubierto la complicidad que hubo entre Bola de Nieve y el Sr. Jones durante la Batalla de Lechería. Ahora parece que Bola de Nieve luchó abiertamente a favor del Sr. Jones mientras gritaba “¡Viva la humanidad!” La batalla ocurrió hace tanto tiempo que los animales aceptaron sin más esta nueva versión. Hacia la misma época, el cuervo moisés regresa a la granja y vuelve a correr la voz sobre la Montaña de Caramelo. Aunque los cerdos rechazan oficialmente estas historias, permiten que Moisés viva en la granja sin trabajar.
Un día, Boxer comienza a perder sus fuerzas y colapsa mientras halaba de una roca. Los demás animales corrieron en busca de Soplón, mientras Benjamín y Clover permanecieron con su amigo. Los cerdos anuncian que harán lo necesario para llevar a Boxer a un hospital humano, pero cuando llega la carreta, Benjamín lee el letrero que está pegado a esta y anuncia que Boxer será enviado a una fábrica de pegamento donde será masacrado. Los animales entran en pánico y le gritan a Boxer que escape. Escuchan cómo este patea dentro de la caja, pero ya no tiene fuerzas para salir.
Poco después, Soplón anuncia que los médicos no lograron salvarle la vida a Boxer: este murió en el hospital. Soplón dice que estuvo junto a Boxer en el hospital y considera que fue una de las escenas más conmovedoras de su vida. Boxer murió, supuestamente, alabando a la Granja de Animales. Soplón rechaza los falsos rumores según los cuales Boxer fue enviado a una fábrica de pegamento, y explica que el hospital le había comprado la carreta a un fabricante de pegamento y no había cambiando el letrero de la misma. Los animales suspiran aliviados cuando Napoleón pronuncia un discurso en alabanza a Boxer.
Poco después, la Granja de Animales recibe suministros. Esto contenta a los animales. Pero más adelante, se murmura que los cerdos compraron otra caja de güisqui, a pesar de que nadie sabe de dónde sacaron el dinero para comprarla.