Parte 4: Cazando ballenas
Ishmael medita sobre lo poco que se ajustan a la realidad las pinturas de ballenas. El Pequod se acerca a un vasto cardumen de arenques, que son el alimento preferido de las ballenas francas. Cuando el barco se dirige hacia Java, Dagoo, en el puesto de vigilancia, divisa a la distancia una gran masa blanca y anuncia que han encontrado a Moby Dick. Los botes son echados al mar y la persecución comienza, pero no se trata más que de un calamar gigante.
Esto es considerado de muy buen agüero por Queequeg, pues la presencia del calamar indica que hay cachalotes en las cercanías. La tripulación divisa de inmediato un cachalote, que es cazado por Tashtego y Stubb. Por su parte, Ishmael hace ciertas consideraciones sobre el sistema de cazar ballenas. La mayoría de los marineros no disfrutan la carne de ballena; pero Stubb quiere cenar con un filete de la ballena que acaba de cazar. Mientras devora su filete, los tiburones devoran el cuerpo de la ballena, que ha sido atado al barco. Stubb llama al cocinero, Fleece, para que le haga la cena y para que les ordene a los tiburones que dejen de comerse la ballena. Fleece conmina a los tiburones a ser más civilizados. Stubb se burla de Fleece, que considera al primero un tiburón. La tripulación se ve forzada matar los numerosos tiburones que se están comiendo a la ballena.
La tripulación se vale de poleas y aparejos, arpones y otros instrumentos cortantes para extraerle la grasa a la ballena. La cabeza de la ballena es removida porque contiene el valioso aceite de ballena. Después de todo este procedimiento, el resto del cuerpo de la ballena es abandonado en el agua. Ishmael compara esto con un funeral. Mientras que la tripulación descansa y come algo, Ahab le pide a la cabeza de la ballena, colgada a un lado del barco, que le cuente sobre los horrores que ha visto.
Mientras la tripulación continúa trabajando en la ballena, aparece otro barco ballenero de Nantucket llamado Jeroboam. Su capitán y otros miembros de la tripulación se acercan en un bote para hablar con Ahab, pero deciden no subir al Pequod porque el Jeroboam es víctima de una epidemia. Además, el extraño barco parece estar bajo el control de un fanático religioso que se considera el Arcángel Gabriel. El extraño profeta cree que Moby Dick es la encarnación del Dios Cuáquero y advierte sobre los peligros de confrontar a la Ballena Blanca.
Aparece una ballena franca. Tras cazarla, Flask le explica a Stubb por qué Ahab y Fedallah quisieron cazar una ballena cuya grasa es de menor calidad: para colgar su cabeza del lado opuesto a la otra cabeza que ya cuelga, y así balancear el barco. Luego, ambos concluyen que el barco flotaría mejor sin ninguna de las dos cabezas colgando y se confiesan mutuamente que Fedallah les parece diabólico.
Ishmael compara ambas cabezas. Luego, Tashtego se monta sobre la nueva cabeza y comienza a extraer la grasa, pero cae dentro y Queequeg lo rescata. Ishmael compara el cerebro de una ballena con una nuez.
El viaje continúa y el Pequod se cruza con un barco ballenero, el Jungfrau, cuyo capitán es Derick De Deer. El Jungfrau no ha tenido éxito en la caza de ballenas y pide desesperadamente un poco de aceite de ballena para su propio uso. No ha encontrado a la Ballena Blanca. Ahab está decepcionado pero le provee el aceite al Jungfrau. Antes de que el capitán Derick pueda regresar a su barco, aparece un grupo de ballenas. Ambas tripulaciones emprenden la caza pero sin mayores resultados. El Jungfrau decide perseguir otra ballena.
Ishmael hace varias consideraciones sobre el oficio de cazar ballenas y sobre ciertos aspectos de la cetología. Está complacido de pertenecer a la fraternidad de los balleneros, cuyo honor está ratificado tanto en la historia como en las leyendas. Luego, Ishmael medita sobre la veracidad de la historia de Jonás. Según un viejo marinero que Ishmael conoció hace tiempo, el tipo de ballena descrita en la Biblia no puede tragarse un hombre y, en todo caso, los jugos gástricos de la ballena no le permitirían sobrevivir al mismo. Además, Ishmael da cuenta de la técnica de engrasar el exterior de los botes arponeros para que se deslicen mejor en el agua. Finalmente, Ishmael reflexiona sobre ciertas partes de las ballenas.
Mientras el Pequod deja el Océano Índico y entra en el Estrecho de Sunda (entre Sumatra y Java) en dirección al Mar Chino, Ishmael comenta sobre el aislamiento y la disciplina que reinan en un barco ballenero. El Pequod se encuentra con un grupo de cachalotes que nadan en círculo y emprende la caza, a pesar de que unos piratas malayos persiguen el barco. El Pequod logra dejar atrás a los piratas y los botes arponeros son lanzados al agua. Sólo capturan una ballena. Ishmael profundiza sobre algunos términos típicamente balleneros.
Tras una o dos semanas, el Pequod se cruza con el Bouton-de-Rose, un barco francés que huele a podrido debido a dos ballenas mortalmente heridas que lleva atadas a los costados. Stubb aborda el barco francés y habla con el capitán: nunca han oído hablar de la Ballena Blanca. Sin embargo, convence al capitán de que las dos ballenas heridas podrían desatar una epidemia en el barco. Así que el Bouton-de-Rose desecha las ballenas y continúa su viaje. Stubb amarra una de las ballenas a su bote y consigue el ámbar gris, una sustancia muy valiosa, que se encuentra en los intestinos de las ballenas enfermas, y que es utilizada como componente de ciertos perfumes.
Durante el procedimiento de amarrar la ballena, uno de los remeros de Stubb se tuerce una mano, por lo que el segundo de a bordo lo intercambia por el pequeño Pip. Poco después, la ballena golpea el bote y Pip se lanza fuera del mismo; queda enredado entre los amarres y Tashtego se ve obligado a cortar las cuerdas para salvarlo y, a la vez, libera a la ballena. Stubb le advierte a Pip que, si vuelve a saltar fuera de borda, no lo salvará. Pero Pip vuelve a saltar y, para darle una lección, Stubb lo deja solo en el bote durante un buen tiempo. Cuando el Pequod vuelve por Pip, este ha cambiado drásticamente.
Los marineros comienzan a extraerle la grasa a una ballena. Luego, todos trabajan en conjunto para extraer el aceite manualmente, bajo la luz generada por el mismo producto que están recolectando. Luego de que el aceite es enfriado y almacenado en barriles, la tripulación limpia el barco y se asea.
Durante una de sus caminatas cotidianas por el alcázar, Ahab le presta atención a la moneda de oro que él mismo ha clavado en el palo mayor como premio para el primer tripulante que divise a Moby Dick. Todo el mundo está pendiente de la moneda. Unos días más tarde, el Pequod se encuentra con el Samuel Enderby, un ballenero inglés. Ahab saluda al capitán con la pregunta de rigor: “¿Han visto la Ballena Blanca?” La respuesta es afirmativa. De hecho, el capitán Boomer perdió un brazo tratando de cazarla. Ahab regresa al Pequod.
Dado el nombre del barco inglés (Samuel Endeby fue la primera persona que acondicionó un barco para cazar cachalotes), Ishmael comienza a pensar en la historia de la caza de ballenas, en su futuro y en varios aspectos físicos de los cachalotes. Él mismo ha disecado un cachalote bebé y en una oportunidad estudió el esqueleto de un cachalote maduro mientras visitaba unas islas en el Pacífico Sur.
Mientras entraba en el bote para regresar al Pequod, la prótesis de Ahab se astilló, así que este le pide al carpintero que le haga una nueva. Ahab está frustrado por depender físicamente de los demás, sobre todo del carpintero.
Al día siguiente, Starbuck descubre que uno de los barriles ubicados en la bodega está goteando aceite. Va al camarote de Ahab para informarle sobre la situación, pero este está absorto en un mapa y para nada interesado en lo que le dice el oficial. Starbuck sugiere detener el barco para revisar los barriles y hacer cualquier reparación pertinente. Pero Ahab insiste en que la misión del Pequod es perseguir a Moby Dick, y corre a Starbuck del camarote apuntándolo con un mosquete. Sin embargo, poco después, Ahab ordena detener el barco para inspeccionarlo y hacer reparaciones.
Queequeg se resfría tras ayudar a remover los barriles de la bodega. Pierde peso y pareciera a punto de morir. Como en Nantucket había visto unos ataúdes en forma de canoa, que le recordaban a los que se utilizan en su isla, le pide al carpintero que le haga uno. Mientras prueba el ataúd para ver si cabe, Queequeg recupera las ganas de vivir y decide utilizar el ataúd como cofre.
Cuando el Pequod llegó al Océano Pacífico, Ishmael descubre por qué tantos hombres de mar encuentran serenidad en estas aguas. Pero este no es el caso de Ahab, cuya ansiedad se intensifica mientras se prepara para enfrentarse a la Ballena Blanca. El capitán le pide al herrero, Perth, que le haga un arpón especial.
El sombrío Pequod, aún en busca de Moby Dick, se encuentra con el Bachelor, un ballenero de Nantucket que regresa festivo a casa, repleto de aceite. El capitán del Bachelor dice que ha escuchado historias sobre la Ballena Blanca, pero que no cree ninguna, e invita a Ahab y su tripulación a la celebración. Ahab declina la invitación y cada barco continúa su viaje. Ahab contempla un frasquillo lleno de arena de Nantucket que mantiene en su bolsillo.
Al día siguiente, el Pequod caza cuatro ballenas. Fedallah profetiza que, antes de morir, Ahab verá dos carrozas fúnebres. Pero como es muy poco probable ver una carroza fúnebre en el mar, Ahab concluye que no morirá en este viaje. Fedallah también profetiza que él mismo morirá antes que Ahab, y que el capitán morirá a causa del cáñamo. Ahab supone entonces que morirá colgado, pero que, de nuevo, es improbable que esto ocurra en el mar. Más tarde, Ahab destroza su cuadrante porque este sólo le indica dónde está y no dónde debería estar o, más importante aún, dónde está Moby Dick. El Pequod se topa con un tifón en el que Starbuck ve una señal de que no deben seguir buscando a la Ballena Blanca.
Ahab mantiene el curso a pesar del tifón. Pocas horas después de la medianoche, la tormenta amaina; siguiendo órdenes de informar sobre cualquier cambio, Starbuck busca al capitán en su camerino pero lo encuentra durmiendo. Starbuck ve la posibilidad de dispararle a Ahab y acabar con toda esta locura, pero finalmente no se decide. El siguiente día, Ahab se encuentra con que la tormenta ha pasado, pero la brújula del barco ha salido despedida. Así que construye una nueva.
Ahab le pide al carpintero que arregle todos los desperfectos que la tormenta le ha causado al barco. Pip viene en ayuda del capitán y este, inspirado por el sentido de pérdida del chico, lo acoge bajo su ala. Luego, un marinero cae desde el palo mayor y se ahoga porque el viejo salvavidas del barco no flota. El carpintero hace un nuevo salvavidas con el cofre de Queequeg.
Al día siguiente, un gran barco ballenero de Nantucket, el Rachel, se acerca al Pequod. El capitán Gardiner es un conocido de Ahab. Tras preguntarle por la Ballena Blanca, Gardiner contesta que su mejor bote arponero, con su propio hijo abordo, acaban de perderse en el mar tras un encuentro con Moby Dick. Así que le suplica a Ahab que lo ayude en la búsqueda. Pero el capitán del Pequod se rehúsa y continúa al acecho de la Ballena Blanca.
Poco después del encuentro con el Rachel, Ahab decide distanciarse de Pip porque teme suavizarse por causa del chico. Ahab desconfía de su tripulación y decide subir al puesto de vigilancia con la esperanza de divisar la Ballena Blanca. Una vez arriba, pasa un halcón y le roba el sombrero. El Pequod se encuentra con el Delight, que ya se ha enfrentado con Moby Dick; el resultado: un barco completamente destruido y varios hombres muertos. Tras pasar el Delight, Ahab y Starbuck hablan de sus familias. Ahab se siente un tonto y comenta que su empresa es patética. Starbuck lo trata de convencer de que la olvide, pero Ahab no puede.