Capítulo 22: Las hostias
Harker escribe en su diario el final de la historia de Renfield. Antes de escapar del manicomio, el conde visitó una vez más al lunático, le rompió el cuello y lo mató. Harker y sus compatriotas fueron a la mansión Carfax al día siguiente y colocaron una hostia en cada una de las cajas de tierra de Drácula, de modo que este no se pudiera meter en ninguna. Pero antes de esto, Van Helsing sella la habitación de Mina con hostias. Le pasa una hostia por la frente a Mina. La hostia le quema la piel y le deja una herida brillante. Mina rompe a llorar porque se siente impura.