Capítulo 16: El alma de Lucy
Esa noche, los cuatro hombres van a la tumba de Lucy y la encuentran vacía. Van Helsing sella la puerta de la tumba con hostias para que la vampira Lucy no vuelva a entrar. Luego los hombres se esconden a esperar. Finalmente, aparece una figura vestida completamente de blanco y cargando un niño. Es Lucy o, más bien, un monstruo que se parece a Lucy, con ojos llenos de fuego y la boca manchada de sangre. Los hombres la rodean, ella deja caer al niño y llama apasionadamente a Holmwood. Holmwood comienza a moverse, pero Van Helsing se pone entre los dos y blande un crucifijo. Lucy retrocede. Van Helsing retira con cuidado las hostias y la vampira entra a la tumba.
Tras presenciar esta escena, Holmwood acepta el plan de Van Helsing. La noche siguiente él mismo le clava una estaca en el corazón a Lucy. Esta recobra su belleza y Van Helsing le asegura a Holmwood que acaba de salvar el alma de Lucy de las tinieblas. Ahora podrá descansar el paz. Antes de partir, Van Helsing fija una cita para dentro de dos noches para que puedan discutir sobre la terrible tarea que tienen entre manos.