Capítulo 10: Las heridas en el cuello de Lucy

Seward y Holmwood están preocupados por la salud de Lucy. Cuando Van Helsing aparece, la encuentra terriblemente pálida e incapaz de respirar bien. Le hace una transfusión con sangre de Holmwood. El doctor examina las heridas en el cuelo de Lucy. Aunque no sabe cómo se produjo estas heridas, Seward está convencido de que Lucy ha perdido mucha sangre por ellas. Van Helsing le ordena a Seward que permanezca despierto con Lucy esta noche. El joven doctor obedece y Lucy se despierta en mejores condiciones.

Sin embargo, la siguiente noche Seward está exhausto y se queda dormido mientras vigila a Lucy. A la mañana siguiente, descubren que Lucy está pálida y sin fuerzas. Seward le hace otra transfusión, pero esta vez con su propia sangre. Mientras trata de dormir, Seward piensa en las heridas del cuello de Lucy. En la tarde, llega un gran paquete para Van Helsing. Contiene flores de ajo blanco. Van Helsing le pide a Lucy que se las ponga alrededor del cuello. Ante la mirada escéptica de Seward, Van Helsing coloca flores alrededor de toda la habitación y le asegura a Seward que ahora Lucy sí podrá dormir en paz.

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