Parte 1: De Manhattan a Nantucket

love me tender site de rencontre Ishmael, joven marinero, expresa su anhelo de hacerse a la mar con el fin de mejorar su ánimo, mientras describe una típica escena neoyorquina en la que gran cantidad de hombres se reúnen en su día libre para contemplar el océano y soñar con la vida en el mar. Así que, el sábado, en una fría noche de diciembre, deja su hogar en Manhattan, con apenas una o dos mudas de ropa, y se dirige a New Bedford (la capital de la caza de ballenas de Estados Unidos), en Massachusetts. Desde ahí espera poder tomar un pequeño bote hasta Nantucket (la capital original de la caza de ballenas de Nueva Inglaterra) para alistarse en un barco ballenero. Lamentablemente, deberá esperar hasta el lunes para llegar hasta Nantucket. Así que decide buscar alojamiento, pero todas las hosterías a las que entra le resultan demasiado costosas. Finalmente, se hospeda en el Spouter-Inn, cuyo propietario se llama Peter Coffin. El sitio está en ruinas y con seguridad es muy barato.

Tarifa Tras entrar a la hostería, Ishmael queda fascinado con una extraña pintura en la que un barco zozobra ante un huracán mientras es atacado por una ballena. Dado que la hostería está repleta, Ishmael se entera de que tendrá que compartir su habitación con un oscuro arponeo llamado Queequeg. Pero antes departe en el bar con un grupo de toscos marineros que están esperando a Queequeg. Un poco intimidado, Ishmael decide dormir en un banco antes que compartir la cama con un extraño (posiblemente peligroso). Pero el banco resulta demasiado incómodo, e Ishmael decide alojarse con el arponeo desconocido que, según Coffin, es de confianza pues paga regularmente. Sin embargo, el alivio de Ishmael desaparece cuando Coffin le dice que el arponero acaba de llegar de los mares del Sur y está vendiendo cabezas embalsamadas. Cuando Queequeg regresa finalmente, el aterrorizado Ishmael lo observa desde la cama y detalla con horror los tatuajes y el hacha del arponero. Tras rezar, Queequeg descubre a Ishmael en la cama y blande el hacha. Pero los gritos de Ishmael llaman la atención de Coffin que, tras explicar la situación, logra calmar los ánimos. Ishmael y Queequeg deciden compartir la cama.

se un uomo non cerca il contatto fisico A la mañana siguiente, Ishmael se despierta de primero y, tras detallar de nuevo los tatuajes que tiene Queequeg tanto en los brazos como en la cara, se pregunta con qué clase de pagano se ha topado. Sin embargo, al levantarse, el arponero se muestra amable y pensativo. Ishmael lo ve ponerse las botas y el sombrero, y afeitarse con el arpón. Finalmente, Queequeg deja la habitación.

Ishmael desayuna en el Spouter-Inn entre cazadores de ballenas; sin embargo, para su sorpresa, nadie cuenta sus aventuras en el mar ni dice obscenidades. Todo el mundo come en silencio. Queequeg corta la carne con el arpón. Después del desayuno, Ishmael camina por New Bedford y se maravilla de la diversidad de gente que consigue. Finalmente, llega a la Capilla del Ballenero y contempla varias placas que conmemoran a los muertos o perdidos en el mar. Ishmael medita sobre lo contradictorio que resulta llorar por un difunto, cuando se supone que en el cielo está mejor; además, se sorprende cuando ve a Queequeg en la capilla.

El padre Mapple, viejo pero vigoroso, como si estuviera montándose en un barco, asciende por una escalera hecha de cuerda hasta el púlpito, que parece la proa de un barco. Mapple fue arponero en su juventud, y en sus sermones alude constantemente a la imaginería de los marineros. En esta ocasión, Mapple se vale de la historia de Jonás, el profeta que fue tragado por una ballena, para hablar sobre el pecado y la desobediencia a los mandamientos de Dios. Agotado por su vehemente sermón, Mapple termina de rodillas y con las manos cubriéndole el rostro, mientras la multitud sale en fila.

Cuando Ishmael regresa a su habitación, se encuentra en esta con Queequeg, que está tallando un pequeño ídolo llamado Yojo. Después de una entretenida conversación, ambos deciden estrechar su nueva amistad fumando la pipa de Queequeg. Ishmael decide incluso participar en una ofrenda que Queequeg le hace a Yojo, y justifica su comportamiento aludiendo a la Regla de Oro: “Haced vosotros con los demás hombres todo lo que deseáis que hagan ellos con vosotros” (Mateo 7:12). Es decir, Ishmael espera que el pagano lo acompañe algún día a adorar al dios cristiano.

Luego, Queequeg cuenta algunas historias sobre su vida. Es oriundo de una isla del Pacífico Sur llamada Kokovoko (que no está en ningún mapa). Aunque es hijo del rey, decidió dejar la isla para conocer el mundo y aprender sobre el Cristianismo. Se marchó de la isla en un barco ballenero, y desde entonces se ha vuelto un arponero de primera. Aunque su padre debe estar muerto ya (lo que significa que Queequeg es un rey), Queequeg no podrá volver jamás porque su interacción con el Cristianismo lo ha hecho poco idóneo para subir al trono de su patria. Finalmente, los dos compañeros de cuarto deciden convertirse en compañeros de tripulación, y planifican ir hasta Nantucket para buscar trabajo en algún barco ballenero.

El lunes en la mañana, los dos amigos pagan la cuenta en el Spouter-Inn y llevan sus pertenencias en una carretilla hasta el Moss, una pequeña goleta que los llevará hasta Nantucket. La gente de New Bedford ve con asombro que Ishmael y el “salvaje” se lleven tan bien. Queequeg cuenta dos anécdotas que revelan diferencias culturales. Ya en la goleta, un malandrín se burla de Queequeg. Este lo lanza por los aires para hacerlo escarmentar. Justo en ese momento, una de las cuerdas de la embarcación se rompe y el malandrín cae fuera de borda. Queequeg se hace cargo de la cuerda y luego se zambulle al agua para salvar al hombre. De este modo, se gana el respeto de todos los presentes.

Cuando llegan a Nantucket, ya oscuro, los dos amigos deciden pasar la noche en el Try Pots, la hostería del primo del Sr. Coffin. Todo en Nantucket tiene que ver con el mar: la leche sabe a pescado y el collar de la esposa del encargado de la hostería está hecho con vértebras de pescado. Los dos amigos cenan una sustanciosa sopa de pescado.

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